Seguridad y Homologación
Estadísticas elaborados en los
últimos años, han demostrado que el 40% de los fallecimientos de motoristas en
accidente se hubiera evitado si se llevara el casco o si este fuera el
adecuado.
Un buen casco debe absorber las
ondas se choque que se descargan en el interior de cráneo en el momento del
impacto y en instantes inmediatamente posteriores amortiguando la acción fatal
que dichas ondas ejercen en la masa encefálica.
También como medida de seguridad la
parte exterior se debe de tener en cuenta y es preferible que el casco sea de
color blanco, amarillo o naranja y además que contenga tanto en su parte
anterior como en la posterior y los laterales algún material fluorescente y
retrorreflectante.
Los cascos homologados deben de
superar unas pruebas ya que su resistencia no debe de ser alterado por las
condiciones atmosféricas para que no se deformen con el frío y el calor, por
eso se someten a temperaturas entre 50º y -20º.
Además los cascos están sometidos a
unas pruebas de resistencia a los golpes longitudinales y transversales.
En estas pruebas, el casco es
colocado sobre una cabeza falsa de medidas adecuadas y recibe un peso en caída
libre desde una determinada altura.
La capacidad de absorción de los
golpes se consigue midiendo la fuerza trasmitida a la falsa cabeza que esta
conectada a un dinamómetro.
En las pruebas de resistencia a la
penetración, el casco es golpeado con un punzón metálico en forma cónica con
una determinada fuerza y la punta del punzón no debe de acercarse a la cabeza
falsa por encima de un valor determinado.
Existen además otras pruebas como
por ejemplo la resistencia al deterioro de los materiales fluorescentes y
retrorreflectantes.
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